En esa tesitura, el marco abierto, profundo y poroso que asume y presenta Nubeteca ha de ser también el instrumento que facilite la generación de un entorno colaborativo con otras bibliotecas y bibliotecarios para el ensamblaje de proyectos en común, de manera destacada los referidos a la adquisición de contenidos y la dinamización de las lecturas y el fomento de las conversaciones entre lectores y autores, la incorporación de la cultura maker o el impulso de la captación del talento local.
Por su significación social y su visibilidad cotidiana para el ciudadano, la biblioteca representa de alguna manera la experiencia piloto para conocer el papel que tendrán en general todo tipo de centros culturales como espacios de proximidad en entornos virtuales, aprendiendo a conjugar un equilibrio razonable entre la inmediatez de lo local y la abundancia ilimitada de lo global, preocupándose más por los procesos que por los resultados de sus iniciativas hasta que estas se consoliden en su nuevo estatus, generando escenarios para el encuentro y la conversación, el hallazgo emocional y la compañía del grupo lector.
En esa trabazón que plantean las nuevas relaciones con el lector, en los profesionales de la biblioteca van a seguir pivotando las principales acciones de carácter formativo, informativo y divulgativo del programa bibliotecario, lo que va a suponer un perfil expandido con nuevas competencias que tendrán su centro de gravedad en la capacidad de sorprender, en el enriquecimiento de la mediación, en la complementación entre los espacios físicos y virtuales y especialmente en la cooperación de los profesionales y los lectores de la red de bibliotecas.
